La sociedad te reprime,
maneja tu mente.
Te crees libre como pájaro.
Atado al lenguaje
practicas la lengua.
Miras con ojos de otros,
otros que miran distinto.
Mares de gente influyente,
la bruma conciencia.

Juan Ignacio Fernando López

sábado, 21 de marzo de 2015

Puesta en soporte del texto 154 de "El libro de la almohada"


Imagen de la película "El libro de la almohada"


Para la puesta en soporte del texto 154 voy a mostrar la evolución de los libros chinos.

La evolución de los manuscritos chinos ilustra bien la relación entre forma del libro, materiales con los que este está confeccionado y uso. Los primeros libros eran rollos, pero de tiras finas de madera o bambú unidas por medio de hilos. Sin demasiado examen podría decirse que eran similares a los lontar de Bali, solo que la ubicación de los hilos permitía que el artefacto se guardase enrollado. Otras diferencias importantes eran que para la lectura se colocaban las “hojas” en sentido vertical y que los textos estaban dibujados con tinta y pincel y no grabados. Cada tira de madera o bambú tenía una línea de texto.

Libro en tabla de bambú tipo lontar de Bali.


Posteriormente aparecieron los rollos de seda, reservados para los libros más importantes. Como en los rollos de madera y bambú aquí los textos también aparecían en angostas columnas verticales, solo que estas no tenían un correlato en la materialidad del objeto, sino que eran lo que llamaríamos ahora “cajas de texto”. Al pie de cada columna de texto se encontraba el número que correspondía a esa columna.

Libro en rollo de seda.


Los libros de bambú y de seda siguieron circulando después de la invención del papel, tradicionalmente fechada en el 105, aunque hay evidencias de los dos siglos anteriores. Los libros de papel siguieron teniendo forma de rollos y estaban formados por tiras de papel pegadas horizontalmente. Como los anteriores, se abrían por la derecha y se desenrollaban hacia la izquierda y tenían los textos distribuidos en columnas verticales, a veces marcadas con un trazo fino. La posibilidad de ser plegado, una cualidad propia del papel, fue aprovechada varios siglos más tarde para confeccionar los primeros libros en forma de biombo, muy angostos. La nueva forma, que permitía abrir el libro en una hoja cualquiera sin necesidad de desenrollar el conjunto, fue adoptada quizá a partir de la influencia de los libros budistas confeccionados en hoja de palma traídos desde la India.

 Resultado de imagen para libros chinos con forma de mariposa
Libro plegado


Es interesante ver cómo de estos libros plegados se pasó al códice. El paso fundamental fue descubrir que no se necesitaba confeccionar una gran hoja de papel para contener todo el texto: se lo podía escribir, siempre en columnas verticales, en hojas sueltas.
Estas hojas se doblaban luego por la columna central, el “corazón” y en ese mismo sector se pegaban unas con otras para formar el “lomo” del libro. Como las hojas estaban escritas de un solo lado, en el libro alternaban hojas escritas y hojas en blanco (el reverso de las hojas escritas). Esta forma de encuadernación se conoce como encuadernación mariposa.
Los libros en forma de mariposa tenían un grave defecto: además de que la secuencia de la lectura estaba interrumpida por las páginas en blanco, la zona central, donde se unían las hojas, se deterioraba rápidamente y era común que las hojas se salieran. Como respuesta a este problema, se procedió a doblar las hojas en sentido inverso, es decir, con  el texto hacia afuera. De este modo, lo que debían pegarse eran los extremos de las hojas y no su “corazón”. Este cambio tenía una ventaja agregada: las páginas en blanco quedaban ocultas por el plegado. Con el tiempo, esta forma sufrió una mejora sustantiva: se reemplazó la goma por una costura con hilo de seda, lo que dio a los cuadernillos una estructura más flexible y  permitió repararlos sin que se resintiera la superficie escrita.

Libro mariposa


Los primeros libros chinos impresos fueron confeccionados mediante el grabado en madera. En la British Library se conserva el más antiguo de los que han llegado hasta nosotros: es un rollo budista, el Sutra de diamante, y data del año 868.
Los libros xilográficos convivieron con los manuscritos mucho tiempo, y siempre en un segundo nivel de importancia, ya que los libros manuscritos estaban asociados al prestigio de la caligrafía, a la práctica budista de copiar textos religiosos, a la arraigada creencia de que la mejor manera de leer un libro era copiarlo y a la tradición de hacer a mano anotaciones y compilaciones personales. Los tipos móviles de plomo entraron en China por Shanghai, de la mano de occidentales y japoneses. Pero eso fue mucho tiempo después, a fines del siglo xix.

 
Manuscritos

Ilustración de xilograbado en madera de los libros.


Códice de un libro chino

Me resulta complicado hacer una selección de un soporte único para poner el texto 154 de "El libro de la almohada". Todos los soportes que mostré son muy bellos, pero la primera vez que vi el libro lontar, que trajo la profesora Patricia Piccolini titular de la clase de "Edición editorial" de la UBA, quedé fascinado, nunca había visto algo similar. Sin lugar a dudas es un trabajo magnífico, realizado a pincel en cada una de las barras de bambú que conlleva mucha dedicación y prolijidad. Para esto se necesita la mano del artista, como en la película que se muestra al artista como escribe sobre el cuerpo. Por esto me parece que el libro lontar es el que elijo para el texto 154.

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