La sociedad te reprime,
maneja tu mente.
Te crees libre como pájaro.
Atado al lenguaje
practicas la lengua.
Miras con ojos de otros,
otros que miran distinto.
Mares de gente influyente,
la bruma conciencia.

Juan Ignacio Fernando López

martes, 24 de marzo de 2015

Hablar de proyecto en clase, una satisfacción.

Mi libro con fotografías de noche lo lleve a la clase del seminario "De la idea al libro" dictado por la profesora Patricia Piccolini. Este lo hice circular a mis compañeros de cursada. La profesora nos pidió que cada uno hablara de su proyecto y que hiciéramos una presentación. Mi libro fue circulando de mano en mano por todos los compañeros. Observaba que todos miraban las fotos y no se detenían a mirar el prólogo o mi biografía. Esto es algo que me extrañó, ya que yo cuando agarro un libro lo primero que hago es mirar la tapa posterior para leer la presentación o prólogo, luego abro el libro y lo primero que hago es ver la biografía del autor. Quizás me equivoque, pero me pareció que como futuros editores mis compañeros iban a observar todas las partes del libro. Por otro lado, mi idea de la editorial era la de que el lector le encuentre el sentido al libro. Que haga con él lo que quieran. Eso me generó un contrasentido (nombre de la editorial), jeje.
Una vez que tuve mi libro de vuelta en la mano comenté de qué trataba mi libro y que quería demostrar con este. Después de eso varios de mis compañeros me lo pidieron para verlo de vuelta. Pero lo que más me marcó es la pregunta que me hizo una compañera, que fue la siguiente "¿vos sos del interior?" a la cual le respondí que nací en el gran Buenos Aires y le pregunté el por qué de la pregunta. Ella me respondió que ella es del interior del País y que algunas de las fotografías le hacían acordar a su pueblo. Con los faroles que en la noche iluminaban las calles con ese color amarillento sobre las veredas y las calles del barrio.
Al escuchar esas palabras, mi corazón se llenó de alegría. El libro había cumplido la función que yo quería. Vuelvo a aclarar que a las fotografías del libro no les puse epígrafes ni descripción del lugar en el que fue tomada la foto para que las personas puedan volar e imaginarse que lugar podría llegar a ser el que aparece en la foto. Por esto digo que me alegre, porque mi compañera pudo volar y trasladarse con la memoria a su pueblo donde vivió la mayor parte de su vida. Ella pudo resignificar esa imagen y hacerla suya, apropiarsela.
Todos mis compañeros que vieron el libro me dijeron que estaba buenísimo. Yo les pregunté si les faltaba algo, como los epígrafes o alguna referencia, a lo que me dijeron que así perdería el propósito del libro. Esto me dio mucha fuerza para seguir adelante con mi proyecto y para sacar el libro y la editorial adelante.

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