El seminario "De la idea al libro" de la profesora Patricia Piccolini fue una cursada sorprendente, la verdad que jamás podría haber esperado algo así. Los trabajos que realizamos fueron muy interesantes. Preparar un texto para exponerlo en la clase, realizar un libro de rollo, analizar los códices mesoamericanos, compartir experiencias, debatir, tener charlas con editores, todo eso fue sensacional.
Otras de las cosas que rescate fue la homogeneidad del grupo. Cada compañero tenía proyectos diferentes e ideas diferentes. Eso me permitió tener otra visiones de las cosas. Había compañeros con proyectos muy interesantes. Los compañeros no solo pertenecían a la carrera de Edición, sino que también había antropólogos, lo que hizo más enriquecedora la cursada con otras miradas y con intercambio de opiniones valiosas.
Sin lugar a dudas, poder presentar el proyecto ante los compañeros y por supuesto ante la profesora Piccolini me sirvió para ver como venía encaminado con mi proyecto. He recibido críticas, sugerencias y sobre todo mucha inspiración y buena energía para seguir adelante con el proyecto.
Como conclusión quiero agregar que realizar un blog sobre el trabajo y el proceso del seminario ha sido excelente. El mundo editorial no solo se encuentra en los libros de papel. En esta era de lo digital, la edición también debe estar presente en las publicaciones digitales y que mejor que empezar con un blog.
Bruma conciencia
La sociedad te reprime,
maneja tu mente.
Te crees libre como pájaro.
Atado al lenguaje
practicas la lengua.
Miras con ojos de otros,
otros que miran distinto.
Mares de gente influyente,
la bruma conciencia.
Juan Ignacio Fernando López
martes, 24 de marzo de 2015
Hablar de proyecto en clase, una satisfacción.
Mi libro con fotografías de noche lo lleve a la clase del
seminario "De la idea al libro" dictado por la profesora Patricia
Piccolini. Este lo hice circular a mis compañeros de cursada. La profesora nos
pidió que cada uno hablara de su proyecto y que hiciéramos una presentación. Mi
libro fue circulando de mano en mano por todos los compañeros. Observaba que
todos miraban las fotos y no se detenían a mirar el prólogo o mi biografía.
Esto es algo que me extrañó, ya que yo cuando agarro un libro lo primero que
hago es mirar la tapa posterior para leer la presentación o prólogo, luego abro el libro y lo
primero que hago es ver la biografía del autor. Quizás me equivoque, pero me
pareció que como futuros editores mis compañeros iban a observar todas las partes del libro.
Por otro lado, mi idea de la editorial era la de que el lector le encuentre el
sentido al libro. Que haga con él lo que quieran. Eso me generó un
contrasentido (nombre de la editorial), jeje.
Una vez que tuve mi libro de vuelta en la mano comenté de qué
trataba mi libro y que quería demostrar con este. Después de eso varios de mis
compañeros me lo pidieron para verlo de vuelta. Pero lo que más me marcó es la pregunta que me hizo una compañera, que fue la siguiente
"¿vos sos del interior?" a la cual le respondí que nací en el gran
Buenos Aires y le pregunté el por qué de la pregunta. Ella me respondió que
ella es del interior del País y que algunas de las fotografías le hacían
acordar a su pueblo. Con los faroles que en la noche iluminaban las calles con
ese color amarillento sobre las veredas y las calles del barrio.
Al escuchar esas palabras, mi corazón se llenó de alegría. El
libro había cumplido la función que yo quería. Vuelvo a aclarar que a las
fotografías del libro no les puse epígrafes ni descripción del lugar en el que
fue tomada la foto para que las personas puedan volar e imaginarse que lugar
podría llegar a ser el que aparece en la foto. Por esto digo que me alegre,
porque mi compañera pudo volar y trasladarse con la memoria a su pueblo donde
vivió la mayor parte de su vida. Ella pudo resignificar esa imagen y hacerla
suya, apropiarsela.
Todos mis compañeros que vieron el libro me dijeron que estaba
buenísimo. Yo les pregunté si les faltaba algo, como los epígrafes o alguna
referencia, a lo que me dijeron que así perdería el propósito del libro. Esto
me dio mucha fuerza para seguir adelante con mi proyecto y para sacar el libro
y la editorial adelante.
Editoriales de la competencia
Julieta
Escardó, fotógrafa y editora de libros de fotografía en La luminosa, realiza desde 2002 en el mes de agosto la Feria de
libros de fotos de autor. Además realiza el premio Felifa Dot. Toda persona que
quiera publicar sus fotos puede participar de este premio, solo hay que pagar
la inscripción y mandar el libro armado en formato PDF. Al ganador le publican
200 libros a través de la editorial La luminosa
y al segundo le publican un libro. Como fotógrafo decidí participar. Mientras esperaba el resultado pensé el por qué
no publicarlo por mi cuenta si ya lo tenía armado. Mi pasión por la fotografía
y por los libros se uniría en un proyecto editorial propio. Mi libro de fotos
no ha sido ganador del premio, ahora a poner en marcha mi proyecto.
Suelo
asistir a la Feria de libros de foto de autor, siempre es bueno ver otros
autores, ver sus fotografías y que personas concurren a la feria, que miran,
que intereses tienen y si se venden los libros. La feria del 2014 de realizó en
Central Newbery. Una galería de arte más grande que el espacio Eclectico, lugar
donde se venía realizando la foto libro de autor. En esta oportunidad además de
tener los libros de autor, tenían en la entrada dos mesas con libros de
editoriales pequeñas y de editoriales grandes. Eso estuvo bueno porque pude
observar editoriales pequeñas con la cual podría competir. De las editoriales grandes estaba Taschen y una editorial nacional que llamada Larivière, pero lo
que más me importó son las pequeñas editoriales, entre las que se encontraban
Asunto impreso, La azotea y Van editoras entre otras. Al saber que editoriales hay que
publican libros como los que a mí me interesan, la ideas es ponerme a analizar qué
cosas publican y qué cosas puedo hacer yo para diferenciarme de estas
editoriales.
Acá les dejo el link de algunas de las pequeñas editoriales de fotografías:
El de la feria de foto de libro de autor es:
Inconvenientes en la producción
Mi primer libro lo imprimí en una impresora digital que emula
offset y que compramos en la imprenta donde trabajo. Hice una única copia dado
que quería tenerlo como boceto, para poder después realizar los arreglos
necesarios.
Esta tarea de impresión de imágenes no es
nada fácil, más si las fotografías son nocturnas. Los colores que toma la
cámara a la noche no tienen, obviamente, la luz que tiene las fotografías
tomadas de día. En las primeras pruebas realizadas no logré obtener el mismo
color que veía en la pantalla de la computadora.
Al no poder tomar el color, decidí mandar
a imprimir las fotografías que iban a formar parte del libro a una casa de
revelado fotográfico para ver si así obtenía los colores visto en la imagen digital.
Hete aquí que las fotografías en este caso lograban el color deseado y similar
al de la pantalla.
Esto me dio la idea de armar una maqueta
de la página del libro con un recuadro donde iba a ir la fotografía. Después
monté la foto en el recuadro de esa maqueta y la fotocopié. Eso hice con todas
las fotos y así logre armar el libro.
Más allá de todos estos inconvenientes, no
quedé demasiado contento con la calidad de las imágenes. Sentí que al libro le
faltaba algo. Pero texto no le quería agregar, me interesaba que los lectores
vieran las fotos y que se imaginen o que sus mentes le disparen lugares en
donde pudieron llegar a ser tomas las fotografías.
Por eso decidí dejar la producción del
libro y empecé a pensar en cómo podía hacer para que el libro salga mejor.
Mi primer libro
Uno de mis intereses, además de la edición es el de la fotografía. Durante un tiempo tuve un dilema interno. Este constaba en tomar una decisión. Si seguir pensando en ser editor o adentrarme más en la fotografía. No entiendo por qué, pero no me daba cuenta que las dos pasiones pueden ir de la mano. Entonces me decidí por unir la fotografía y la edición.
Para comenzar y probar como era la edición de libros con imágenes, arme un libro con fotos mías. Pensaba en empezar con mi libro para tenerlo como referente para presentar a otros fotógrafos, diseñadores, ilustradores, pintores, etc, y mostrarles que tipo de libros pretendía editar.
Mi libro se llama "Noche". Con el libro pretendo dar mi visión de la noche. Veo la noche como algo
que me permite jugar con su luz, como si fuera un sistema, un lenguaje en donde
los colores y las intensidades de la luz connotan distintos significados. A
través de ella se pueden generar situaciones, momentos, escenarios diferentes y
únicos.
La edición de las fotografías la fui haciendo de manera tal que se nota a las claras como te van transportando las imágenes desde las afueras de la metrópolis, con las luces de las estrellas, de los faroles que iluminan solo una porción de la toma, hasta las luces que hay en la metrópolis, las antenas de los edificios, la demasía de luces de la gran ciudad. También se ve la libertad de vivir en las afueras de la metrópolis, con los arboles, las estrellas en todo su esplendor a diferencia de vivir rodeados entre edificios. Lo que más me impactó y es con la fotografía que decidí cerrar el libro es la imagen de un señor enrejado (encerrado) por completo en su balcón.
Estas son algunas de las fotos que contiene el libro:
Proyecto editorial
Mi proyecto
es armar una editorial especializada en imágenes, por tanto la fotografía, el
dibujo, el diseño gráfico y la pintura, entre otras obras artísticas, formarán
parte. Me interesa transmitir a través de la imagen un modo de ver el mundo,
mostrar realidades diferentes, que el lector se vea identificado con lo que
está viendo, y que lo interiorice. Los autores que incluirá el catálogo serán
aquellos que compartan mis ideales, que quieran expresar con su arte una manera
de ver, de pensar y de actuar en esta sociedad. Intento no mostrar una sola
mirada de las cosas, sino buscar contraposiciones, contrasentidos, y que los
lectores puedan sacar sus propias conclusiones. De ahí el nombre que pensé para
la editorial: Contrasentido, que
surge de la variedad de interpretaciones que puede tener una palabra o una
imagen. Es una manera de decirle a los lectores: “encuentren el sentido, miren lo
que tienen delante suyo y signifíquenlo”. Pero otra acepción del término es “contra
el sentido”, es decir, no siempre hay que seguir el sentido natural de los
cosas, ya que se puede ir en otras direcciones y encontrar, así, otros
significados. Roland Barthes dice en el libro "La muerte del autor" que el lector le da significado, le da un
cierre al texto. Además agrega que la unidad del texto no está en su origen sino
en su destino”. (Roland Barthes 1968). Mi idea de hacer libros es de hacerlo para los lectores, para que ellos lo lean y lo interpreten a su manera, que hagan al libro, que en su cabeza se produzcan saberes, dudas, ideas, que lo transporten a donde sea, a donde quieran.
sábado, 21 de marzo de 2015
Puesta en soporte del texto 154 de "El libro de la almohada"
Imagen de la película "El libro de la almohada"
Para la puesta en soporte del texto 154 voy a mostrar la evolución de los libros
chinos.
La
evolución de los manuscritos chinos ilustra bien la relación entre forma del
libro, materiales con los que este está confeccionado y uso. Los primeros
libros eran rollos, pero de tiras finas de madera o bambú unidas por medio de
hilos. Sin demasiado examen podría decirse que eran similares a los lontar de
Bali, solo que la ubicación de los hilos permitía que el artefacto se guardase
enrollado. Otras diferencias importantes eran que para la lectura se colocaban
las “hojas” en sentido vertical y que los textos estaban dibujados con tinta y
pincel y no grabados. Cada tira de madera o bambú tenía una línea de texto.
Libro en tabla de bambú tipo lontar de Bali.
Posteriormente
aparecieron los rollos de seda, reservados para los libros más importantes.
Como en los rollos de madera y bambú aquí los textos también aparecían en
angostas columnas verticales, solo que estas no tenían un correlato en la
materialidad del objeto, sino que eran lo que llamaríamos ahora “cajas de
texto”. Al pie de cada columna de texto se encontraba el número que correspondía
a esa columna.
Libro en rollo de seda.
Los libros
de bambú y de seda siguieron circulando después de la invención del papel,
tradicionalmente fechada en el 105, aunque hay evidencias de los dos siglos
anteriores. Los libros de papel siguieron teniendo forma de rollos y estaban
formados por tiras de papel pegadas horizontalmente. Como los anteriores, se
abrían por la derecha y se desenrollaban hacia la izquierda y tenían los textos
distribuidos en columnas verticales, a veces marcadas con un trazo fino. La
posibilidad de ser plegado, una cualidad propia del papel, fue aprovechada
varios siglos más tarde para confeccionar los primeros libros en forma de
biombo, muy angostos. La nueva forma, que permitía abrir el libro en una hoja
cualquiera sin necesidad de desenrollar el conjunto, fue adoptada quizá a
partir de la influencia de los libros budistas confeccionados en hoja de palma
traídos desde la India.
Libro plegado
Es
interesante ver cómo de estos libros plegados se pasó al códice. El paso
fundamental fue descubrir que no se necesitaba confeccionar una gran hoja de
papel para contener todo el texto: se lo podía escribir, siempre en columnas
verticales, en hojas sueltas.
Estas hojas
se doblaban luego por la columna central, el “corazón” y en ese mismo sector se
pegaban unas con otras para formar el “lomo” del libro. Como las hojas estaban
escritas de un solo lado, en el libro alternaban hojas escritas y hojas en
blanco (el reverso de las hojas escritas). Esta forma de encuadernación se
conoce como encuadernación mariposa.
Los libros
en forma de mariposa tenían un grave defecto: además de que la secuencia de la
lectura estaba interrumpida por las páginas en blanco, la zona central, donde
se unían las hojas, se deterioraba rápidamente y era común que las hojas se
salieran. Como respuesta a este problema, se procedió a doblar las hojas en
sentido inverso, es decir, con el texto
hacia afuera. De este modo, lo que debían pegarse eran los extremos de las
hojas y no su “corazón”. Este cambio tenía una ventaja agregada: las páginas en
blanco quedaban ocultas por el plegado. Con el tiempo, esta forma sufrió una
mejora sustantiva: se reemplazó la goma por una costura con hilo de seda, lo
que dio a los cuadernillos una estructura más flexible y permitió repararlos sin que se resintiera la
superficie escrita.
Libro mariposa
Los
primeros libros chinos impresos fueron confeccionados mediante el grabado en
madera. En la British Library se conserva el más antiguo de los que han llegado
hasta nosotros: es un rollo budista, el Sutra de diamante, y data del año 868.
Los libros
xilográficos convivieron con los manuscritos mucho tiempo, y siempre en un
segundo nivel de importancia, ya que los libros manuscritos estaban asociados
al prestigio de la caligrafía, a la práctica budista de copiar textos
religiosos, a la arraigada creencia de que la mejor manera de leer un libro era
copiarlo y a la tradición de hacer a mano anotaciones y compilaciones
personales. Los tipos móviles de plomo entraron en China por Shanghai, de la
mano de occidentales y japoneses. Pero eso fue mucho tiempo después, a fines
del siglo xix.
Manuscritos
Ilustración de xilograbado en madera de los libros.
Códice de un libro chino
Me resulta complicado hacer una selección de un soporte único para poner el texto 154 de "El libro de la almohada". Todos los soportes que mostré son muy bellos, pero la primera vez que vi el libro lontar, que trajo la profesora Patricia Piccolini titular de la clase de "Edición editorial" de la UBA, quedé fascinado, nunca había visto algo similar. Sin lugar a dudas es un trabajo magnífico, realizado a pincel en cada una de las barras de bambú que conlleva mucha dedicación y prolijidad. Para esto se necesita la mano del artista, como en la película que se muestra al artista como escribe sobre el cuerpo. Por esto me parece que el libro lontar es el que elijo para el texto 154.
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