La sociedad te reprime,
maneja tu mente.
Te crees libre como pájaro.
Atado al lenguaje
practicas la lengua.
Miras con ojos de otros,
otros que miran distinto.
Mares de gente influyente,
la bruma conciencia.

Juan Ignacio Fernando López

domingo, 22 de diciembre de 2013

Analisis del capitulo "Una experiencia en la edición literaria en España" por Beatriz de Moura

Datos bibliográficos: Beatriz de Moura. Una experiencia en la edición literaria en españa. En Memoria de quince encuentros sobre edición en la UIMP 1984-1999, Madrid, Federación de Gremios Editores de España, 2000.

Beatriz de Moura plantea, a raíz de una anécdota sobre el comentario que le hizo un amigo, como es el trabajo de ella en la editorial. El comentario fue: “Dices eso porque tienes la suerte de tener una editorial”. Le molesto porque a la editorial la creo ella, no le vino de arriba y porque además estaba pasando por momentos difíciles. La editorial es Tusquets y trabaja en conjunto con Antonio López con el que se encarga de llevar adelante las decisiones editoriales y empresariales. Publican literatura, en un mercado que consta con un bajo porcentaje de lectores.
Una de las cosas que me dejo pensando es la primera pregunta que planta y su respuesta con respecto a qué es lo que distingue a una editorial literaria. Responde que es la actividad vital y sobre todo, intelectual de sus editores. No estoy de acuerdo con esto, me parece que todo editor, sea literario o no requiere para su trabajo la parte intelectual.
Lo que sí me resulta interesante el lo que dice con respecto a la elección de los autores y los textos que expresan la forma de pensar de un editor y lo que quiere transmitir. Con esto logra la identidad de la editorial. Esto sirve para decidir qué autor es viable de publicar y cuál no respecto al tipo de libros que se editan. Además esto permite tener autores que tienen las mismas afinidades y que se contacten entre ellos. Así se van formando las colecciones y el catálogo editorial.
Una característica importante que debe tener el editor es las de ser totalmente independiente para lograr expresar su línea de pensamiento en lo que va a publicar. Todo editor, en mayor o menor medida debe enfrentarse a exigencias respecto a lo económico, como el rendimiento a corto plazo, limitaciones políticas, como por ejemplo con el franquismo en España.
Hay una parte conflictiva del editor en cuanto a su lado empresarial, porque por más que no se quiera y se hable de publicar por el simple hecho de difundir la palabra, hay que subsistir. Para que la editorial sea viable, el editor debe ser desconfiado y ponerse él mismo su propio límite en las decisiones que tome, para seguir siendo independiente.
Otra pregunta que se hace Beatriz de Moura es: “¿en qué consiste la actividad que convierte a una  editorial literaria en lo que es? Par responder a esta pregunta, empieza a enumerar lo que no debería hacer una editorial. Temas referidos a la contratación de autores, a la producción del libro a publicar, al dinero destinado a la publicación y a la promoción y a saldar. Los que respetan esto los denomina ELIR (editores literarios independientes y rigurosos). Ella dice encontrarse dentro de ese grupo aunque también toma algunos desafíos y riesgos para publicar lo que le gusta más allá de les limitaciones que respetan los ELIR.
Una tercer pregunta que se hace Beatriz es “¿cuáles son las íntimas razones que conducen a un editor a encaminar su trabajo hacia una editorial y no a otra?” por supuesto que no puede meterse en la cabeza de todos los editores habidos y por  haber, por lo que ella va a comunicar su experiencia que la llevo a inclinarse por este camino editorial. Cuenta que de chica admiraba a los que llenaban su tiempo de ocio, de los libros que leía, y de un periodo en el que leyó un sin número de libros en su mayoría de literatura, aunque también ensayos y a filósofos. Esto le gestó esa vocación de vivir rodeada de libros y de contribuir a su proliferación.

Más allá del narcisismo que aflora cuando habla de la intelectualidad del editor literario, refleja muy bien lo que se necesita para ser un editor, que es el amor por los libros y la necesidad de expresar con ellos la mirada del editor. Hago hincapié en esto porque es lo que me llevo a mí a estudiar edición. Ya que es la manera que encontré de hacer lo que me gusta y de expresar lo que pienso. 


Noticia biográfica


Beatriz de Moura (1939) editora española nacida en Río de Janeiro (Brasil), fundadora y directora literaria de Tusquets Editores. En su juventud, por ser su padre diplomático, tuvo ocasión de vivir en distintas partes del mundo. Se licenció en Traducción Literaria y en Historia en la Escuela de Intérpretes de Ginebra (1958), ciudad en la que también estudió Ciencias Políticas y Sociales. Se estableció en Barcelona, entre 1961 y 1964 trabajó en la editorial Salvat y en la editorial Gustavo Gili, entre 1965 y 1968 en la editorial Lumen, con Esther Tusquets. En el otoño de 1968 decide organizar una nueva editorial, junto con el arquitecto Oscar Tusquets, hermano de Esther y entonces su marido. Tusquets Editores comenzó su andadura en 1969 con dos colecciones, Cuadernos ínfimos y Cuadernos Marginales, formadas por breves opúsculos, que alcanzaron no poco protagonismo y difusión en los años del tardofranquismo. Su editorial ha publicado en español, por ejemplo, las obras de Ernst Jünger, Milan Kundera o E.M. Cioran. La propia Beatriz de Moura ha traducido del francés Los testamentos traicionados, La lentitud, La identidad y La ignorancia de Milan Kundera. El 26 de abril de 2012 vendió su accionariado a Planeta, pero sigue a cargo de las publicaciones.




sábado, 21 de diciembre de 2013

Alfaguara estaría por ser absorbida por Penguin Random House


espectaculos
SÁBADO, 21 DE DICIEMBRE DE 2013
CULTURA › ALFAGUARA ESTARIA POR SER ABSORBIDO POR PENGUIN RANDOM HOUSE

Es muy grande y pisa fuerte

El Grupo Prisa admitió en un comunicado que está “en negociaciones” para vender el legendario sello español, junto con otros sellos de la empresa. Si se confirma la venta, Penguin Random House se convertirá en el grupo editorial más grande del mundo.
 Por Silvina Friera
Julio Cortázar y Carlos Fuentes, dos autores emblemáticos del impresionante catálogo de Alfaguara.
Las deudas y la asfixia económica son como la noche que se viene encima. Cuando cunde la ley de la ferocidad, por más prestigio que cubra las espaldas, la caída parece inevitable. En España –en rigor, en el mundo–, casi todos los caminos de las crisis conducen a la concentración de la concentración, a la concentración al cuadrado. Ante la sospecha de exageración, basta con un ejemplo. Alfaguara, la joya de la corona de Prisa, pero también el resto de los sellos literarios del grupo –Taurus, Aguilar y Suma de Letras– estarían a punto de ser comprados por el cada vez más gigantesco Random House, rebautizado a partir del 1º de julio pasado como Penguin Random House, fusión mediante entre el Grupo Pearson (Penguin) y el conglomerado propietario de Random House, del grupo alemán Bertelsmann.
Los rumores crecieron y se expandieron. Primero sotto voce, entre los entendidos del ambiente. Luego a través de los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita –en papel o digital–, que pronto dieron por hecho el acuerdo. La desmentida inicial del Grupo Prisa fue pasto para las comidillas. En un comunicado ambiguo negaba la venta, pero reconocía que había “negociaciones” en marcha. A veces –se intuye– hay que dar un paso atrás para ganar tiempo. Ahora, según ha publicado el diario español El Mundo, el anuncio oficial estaría por concretarse. El precio que habría pagado Bertelsmann por Ediciones Generales Santillana todavía pertenece al terreno del misterio. Hace unos meses se dijo que la cantidad rondaría los 120 millones de euros. La transacción podría incluir la división de libros de texto, un caballito de batalla que obtuvo un 28 por ciento más de facturación el año pasado para el Grupo Prisa, más de 730 millones de euros. Si se confirma la venta, Penguin Random House se convertirá en el grupo editorial más grande del mundo, un pulpo anómalo con 250 sellos-tentáculos y 3100 millones de euros de ingresos anuales.
Las cifras y nomenclaturas pueden resultar tediosas y marear un poco, además de generar una especie de “alerta roja” por la hiperconcentración. Para visualizar y focalizar más la cuestión, a los más de 15 mil autores de Random –la flamante Nobel Alice Munro y otro Nobel de larga data, J. M. Coetzee; Jorge Luis Borges, Chuck Palahniuk, Stephen King, Salman Rushdie, David Foster Wallace y Philip Roth, en un interminable etcétera– habrá que sumar el catálogo del Grupo Prisa –Alfaguara, Suma de Letras, Taurus y Aguilar–, donde estarán juntos y revueltos algunos Premios Nobel como Mario Vargas Llosa, José Saramago y Herta Müller; además de Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Arturo Pérez Reverte y Javier Marías, entre tantísimos otros.
Esta suerte de “catálogo de catálogos”, con una de las carteras de autores más completas del panorama editorial de ficción, tendrá como rival a Planeta, un grupo que, salvo honrosas excepciones, carece del prestigio literario que supo cosechar Alfaguara –creada por Camilo José Cela en 1964–, especialmente en el campo iberoamericano, a casi cincuenta años de existencia. El Grupo Prisa volvió a negar que sus editoriales estén en venta y remitió una notificación a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) en la que rechaza “que haya llegado a ningún acuerdo para la venta de Alfaguara y sus demás sellos literarios a Penguin Random House, ni para la venta de ninguna otra división de Santillana”.
El Grupo Prisa, controlado por el fondo de inversiones estadounidense Liberty, arrastra una deuda de más 3100 millones de euros y necesitaría una gran reestructuración para poder alcanzar la mentada “viabilidad financiera”. Hace más de un año le ofreció todo el paquete a Random, incluida la pata educativa, pero entonces el ala española de Bertelsmann desistió porque no se veía con suficiente envión financiero y, fundamentalmente, por carecer de la experiencia indispensable en textos educativos. Sin embargo, ahora el panorama es otro desde el ingreso del Grupo Pearson, líder mundial en libros de texto, propietario del 47 por ciento de las acciones frente al 53 de Bertelsmann.
El Grupo Pearson, cabe recordar, ya había intentado quedarse con el ciento por ciento de todo el paquete editorial del Grupo Prisa en 2009. Ahora, bajo el conglomerado Penguin Random House, regresaría por la revancha de un trato global que incluiría no sólo la quintaescencia literaria de Alfaguara sino, también, la superrentable columna educativa. Algo que no suena descabellado si se tiene en cuenta la deliberada política de expansión agresiva seguida por Bertelsmann. A fines de octubre del año pasado anunció la fusión entre Random House y Penguin, y se transformó –de la noche a la mañana– en el mayor grupo editorial del mundo. La monopolización de lo que se publica en dos manos jamás podrá ser una buena noticia para los lectores. Más que tener miedo, que nunca es buen consejero, habrá que estar con la guardia en alto. De ratificarse la operación, acaso como “consuelo”, reciclando la tan repetida frase de Casablanca, se podrá decir que “siempre nos quedará Alfaguara”.